ESE NÚMERO. La 10 que tantos jugadores anhelan usar.
El balance anual desnuda algunas carencias en las filas del Combo. Falta de juego asociado, escases de claridad ante el toque final y la rotación de jugadores que no pudieron afianzarse en el puesto de enganche que dejó vacante Steingard en el 2007, habla a las claras de la falta de un líder futbolístico.
Por Hernán Tirabassi
Dicen los que saben, que los partidos se ganan en mitad de cancha. Otro, quien para mi paladar es quien más sabe, sostiene que en el mediocampo ya está todo inventado y es en las áreas donde la magia desahoga el grito sagrado. Algunos tantos pregonan aguantar la embestida del rival en área propia y salir catapultados ante el primer descuido. Muchos simplemente no tienen plan a ejecutar.
Pero en lo que todos concuerdan es en la necesidad de un conductor. Sea cual sea el dibujo táctico. Sea cual sea la posición del elegido. El enganche clásico, el volante central, quizás una dupla de volantes centrales. Un volante externo con características de excelencia o un delantero atrasado algunos metros.
Hoy al Combo le falta ese player. Ojo. No confundir conductor con líder. Del segundo orden, en el equipo de Montegrande sobran nombres con presencia y espalda. Pero del primer grupo la situación es más escaza. El enganche lento, pensante, asistidor, tiene apodo de Mago, pero nunca fue utilizado como tal, y tampoco se ganó su chance luego de un año con pocas luces. Piojo Duek es otro técnicamente capacitado, pero al ex Hebraica le falta el punch final. No pisa el área ajena y le cuesta dar pases-gol en los últimos metros. Se torna innegable aclarar que es fundamental en la recuperación y en el comienzo de la jugada.
Quien ocupó el puesto a comienzos del año fue Guido Hanna, que supo cosechar buenas actuaciones, aunque estas se debieron más al sacrificio y la entrega que al panorama y al buen juego. Tales aristas lo llevaron a convertirse en un carrilero de gran recorrido, indispensable en el esquema de la dupla Milaner-Alazraki abandonando así la pilcha de estratega. También se colgaron la mochila Barcan, Prado y Garber, pero ninguno logró afianzarse, aunque Guido, claro está, corría en desventaja por haberse sumado a mitad de año.
Los números hablan por sí mismos. El máximo asistidor del elenco Bordiceleste, con 6 en su haber, es el capitán Nano Tirabassi, que desde la zaga central generó muchas situaciones con centros y pelotazos largos. Esto habla a las claras de un equipo que le cuesta manejar la pelota y es más peligroso de contraataque. Aunque lejos de ser virtud se encuentra esto, ya que el DT insiste en jugar en bloque y no como diría el Bambino: “explossssión, muchachos”.
Estará en la dupla que comanda esta Primera B encontrar aquel que pueda mantener el juego del equipo bajo un padrón, lejos de los arranques individuales y/o destellos sin raíz.
Este plantel desborda calidad, aunque le falta coordinación y orden táctico. Hay materia prima, y entrega suficiente. Le falta compañerismo y claridad en el toque final. Y confiar. Confiar en que este equipo, puede hacer historia.
0 comentarios:
Publicar un comentario